domingo, 6 de noviembre de 2011

LA CAJA DE CARTÓN.


La caja de cartón
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En los rasgados límites de la inconciencia, el ensueño y la vigilia me imagine que mi vida era una caja de cartón,  completamente cerrada, la oscuridad reinaba en mi vida, sucedía que era realmente placentero vivir en una completa oscuridad, en un cubo marcando mis limites tanto superior como inferior, alrededor, una vida perfectamente delimitado con mis respectivas carencias.
Dentro de mi ignorancia en alguno de esos días que te sientes inquieto y guiado, inocente pero ignorantemente por las personas que te aman, que viven dentro de una caja de cartón también, clave un alfiler en alguna de las paredes de la caja cursando mi educación primaria, me costó tanto trabajo clavar ese alfiler en la caja que duro seis años atravesar la dura caja de cartón con un alfiler, ese pequeño orificio realmente paso desapercibido dentro de mi vida cotidiana pues un pequeñísimo e insignificante haz de luz penetraba por esté.
Sin darme cuenta las personas que amaba me incitaban a clavar otro alfiler llamado educación secundaria que tardé 3 años perforando dicho orificio, no es queja, pues al final de los días tienes que llenar tu vida de alguna manera y me entretuve otros 3 años.
Pues ya enredado en esto, y observando que todas los demás cajas de cartón  de este planeta, se dedicaban a hacer lo mismo, para ese entonces ya tenía cierta practica en perforar la caja de cartón con alfiler pues ya llevaba 9 años haciéndolo, no me quedaba otra cosa en esta vida que seguirlo haciendo otros 2 años con mi educación preparatoria, y bien ya le tomaba el gusto a la vida, desde disfrutar un excelente calificación de 10 hasta la rebeldía de hacer mate a las materias que no me gustaban y/o por ser guiado por otras cajas de cartón.
Ya entrado en algunos años intente perforar otra vez la caja de cartón, ahora con mi educación profesional, pero sabes, gracias a mi falta de pericia por no haber aprendido después de 11 años de practicar se me dificulto mucho esta perforación, que lo intente en otra escuela, pero también desistí, en este último intento de perforación desistí, no,  por no poder usar el alfiler adecuado ni por no aplicar mi fuerza a conciencia, sino  porque mis perforaciones anteriores no tenían una idea fija, meta u objetivo a perseguir, simplemente lo hacía porque los demás lo hacían, después de tres perforaciones y 11 años de hacerlo no tenían sentido sin alguna meta especifica o alguna pasión por realizar.
Ahora que tengo 36 años en esta caja de cartón, tengo un propósito en la vida, tenga una meta fija independientemente si haya terminado mis estudios profesionales o no, si soy guapo o feo, si tengo dinero o no tengo dinero, si me quieren o no, existe un algo que le da sentido a mi vida y se porque se hacen los agujeros en la caja de cartón de nuestra vida.
He aprendido que cuando hago agujeros en la caja de cartón entra un pequeño haz de luz en mi vida, que aunque tenga una pequeña mirilla hacia un mundo exterior desconocido, obtengo otra perspectiva de mi vida pues gracias a ese haz de luz que entra en mi caja de cartón conozco más mi propia caja de cartón pues entra otro pequeño haz de luz.
Cada que tu abres otro orificio desde tu caja de cartón, sea, preparándote, leyendo un libro, estudiando, inscribiéndote a cursos, dándole un beso y agradeciendo a tu madre, agradeciéndole a la vida simplemente porque aun respiras, amando al mundo, a la vida, tal como es, no como quisieras que fuere, ayudando a gente, trabajando un poco más que el día de ayer, entregando un mundo mejor de él que te fue legado, no eres tú el que hace el esfuerzo por hacer un orificio más, de hecho es la vida, la felicidad, la abundancia, la prosperidad, la riqueza, el amor, que trata de entrar en tu caja de cartón desesperadamente y raudales pero tú no se lo permites pues no haces lo que está en tus manos hacer para permitirle entrar en términos de derroche a tu vida, a tu mundo, a tu caja de cartón.
Me da pena decirlo pero hasta que tengo 36 años me doy cuenta que yo no  soy el que hago los orificios, es la misma vida la que me exige hacer algo en mi caja de cartón para dejar entrar ese arcoíris multicolores y la luz en todo su esplendor para llenar mi caja de cartón de riqueza y felicidad.

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