miércoles, 13 de febrero de 2013

Libro de Rut


Libro de Rut





8 Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. 9 Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron,

10 y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.
11 Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; para qué habéis de ir conmigo?  Tengo yo mis hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? 12 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos,

13 habías vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? Habéis de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.
14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.
15 Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.
16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tu fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. 17 Donde tu mueras, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun mi amada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos.


Aplican estas sentencias tanto para el marido como la esposa, si bien tenemos que buscar un poco en el sentido metafísico, si bien como alegoría, si bien como parábola, en el sentido estrictamente literario sobran las palabras aplicándose al matrimonio en sí.


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