lunes, 18 de agosto de 2014



 

Lo tengo prohibido, lo tengo vedado, más sin embargo tengo que sacarlo y/o compartirlo de alguna manera.

Mi madre sabe que mi situación económica es crítica a comparación del 2012 y 2013, más sin embargo con ella si lo pude compartir, personalmente con alguien más se me dificulta hacerlo…

He recibido la orden de escribirlo, pues de manera de dialogo no puedo compartirlo, se llama éxtasis, euforia, excitación, aliento, emoción, espíritu, alma, conexión, como se te antoje llamarlo, pues yo no encuentro palabras textuales para describirlo, es un estado de euforia completa y total con cada átomo de mi cuerpo carnal y etéreo en una coordinación con un mundo exterior increíblemente sensacional, la duración no pasa de más de un minuto, o dos máximo, esto me está sucediendo con relativa frecuencia, por no decirlo, tres o más veces diarias…

Aclaro, no he recibido herencia, no tengo dinero, no he recibido noticias excitantes, simplemente me está pasando algo muy raro pero increíblemente hermoso,

Solo abro los brazos al cielo, cierro los ojos, extraigo algo del universo o el universo extrae algo de mí, no lo sé, el lugar no importa, puedo estar en el baño de mi casa, en la tienda, en abastos, acostado en mi cama en la madrugada solo sé que algo o alguien está operando en mí, acelerando una especie de sentimiento de felicidad infinito de forma exponencial, no me preguntes ¿cómo?, pues no lo sé,  no me preguntes que hago, pues no hago nada extraordinario, diría que mi vida es: mucho más, quizá diría yo, demasiado mas ordinaria que la tuya, pero tengo ese raro sentimiento.

¿Qué tomo?, nada especial.

¿Qué como?, nada especial.

¿Qué leo o veo?, nada especial.

Tengo dos meses que no me reporto en el blog y desde hace quince días aproximadamente tengo la idea de compartirte esto.

Un domingo, día normal, me levanto temprano, como a las doce del mediodía!!!, le digo a mi esposa embarazada, pues esperamos al quinto elemento,  que me acompañe a comprar a abastos  lo que necesito para la tienda, para esto, desde que salimos, mi niña Yakis de dos años de edad quiere que yo la lleve en mis piernas, manejando, sé que es peligroso pero le pido que me la de, para llevarla en mis piernas, mi hija Yeris de 6 años se va en la parte de atrás del VW, mi esposa en el asiento de copiloto y mi niña Yakis, la llevo en mis piernas.

Durante el trayecto al centro de abastos Yakis lleva algo en las manos recostada en mis piernas totalmente despreocupada y desconectada del mundo, de la vida, de su madre, de su hermana, disfrutando solo el simple placer de ir en las piernas acompañada y siendo cuidada por su padre que va al volante, el tráfico, el sol, el calor voy cuidando a Yakis de reojo en cada esquina, en cada semáforo, en cada auto que veo al frente a mayor velocidad o que se frena bruscamente, con mis sentidos alerta al menor indicio de peligro, cuidando a mi familia.

Al regreso a casa, me quedo pasmado y clavado al ver a mi hija Yakis aun en mis piernas, en el limbo, en todo el esplendor de inocencia de un angelito encarnado en este mundo viviendo en este mundo confiando en que su padre la regresara a casa tarde o temprano.

Así me estoy sintiendo, solo vivo en el pleno universo tridimensional asignado a mi cuerpo carnal en este preciso instante, donde no tengo todo lo que quiero, más quiero, agradezco y amo en mi momento presente todo lo que tengo, no de manera irresponsable, hago lo que debo y tengo que hacer pero sin la preocupación de que me salga bien o mal, pues simplemente sé que mi padre tarde o temprano me llevara de regreso a casa.


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